viernes, 30 de marzo de 2007

Etapa 6: Astorga - Cacabelos.


Distancia: 76,5 km.
Ufff... Estoy roto!... Hoy es el primer día que me he sentido zarandeado como un velero a la deriva en el bravo Mar de Tasmania... Todo el día ha sido una dura prueba de tesón y entereza...

Según salí de Astorga por la mañana, empecé a adelantar a peregrinos y me di cuenta de que la meteorología había cambiado tanto como predecían los partes del inm. Ha llovido, nevado, granizado y la niebla se ha apoderado de las cumbres... Pero lo que de verdad ha endurecido la etapa ha sido el viento, siempre de cara (componente noroeste) y con rachas que no me permitían pasar de 15 km/h en el llaneo.

He podido disfrutar de todos los caminos que se marcaban como ciclables y además he añadido unas trialeras sobre raíces que ha hecho las delicias de un curioso peregrino inglés que se ha apostado en lo alto de una cuesta para ver si era capaz de subirla sin bajarme (el altímetro marcó una máxima de 21%). La verdad que fue más maña que fuerza por como estaba el piso, muy mojado y resbaladizo.

La foto con la que se abre la crónica es el mítico "Roble del peregrino", una escultura natural que parece un monumento... Fijaros el porte y lo ramificado que es.
Subiendo la Cruz de Hierro me pasaron muchas cosas:

-Rajé una cubierta y cámara con las lajas de pizarra y tuve que improvisar un "truco verde" para tapar la "vía de agua". Todo ello en medio de un vendaval indecente, a 1º C y con granizo... No se lo deseo ni a mi peor enemigo, aunque reconozco que estaba descojonándome mientras lo arreglaba (reir por no llorar...). Un francés me preguntó si iba todo bien, pues no daba crédito de mi "buen humor". Ante la adversidad mejor llevarlo con cachondeo, tampoco era una situación tan peligrosa...
-También conocí en el albergue de Foncebadón a Luca, un chaval de 6 años que me dió algunas avellanas para recomponer fuerzas después del puerto... También me comentó que no le gustaban las torres de alta tensión que empezaban a cruzar por el Bierzo, un crack!
Luego hice el largo descenso hasta Ponferrada donde me comí un bocata+birra. Tras una visita por la ciudad me dirigí hacia Villafranza del Bierzo, pero me quedé en el bonito pueblo de Cacabelos. No hay nada como improvisar, es una de las cosas que me hace sentir libre este Camino.
Salu2,
Mañana más y mejor.

2 comentarios:

sitinbul dijo...

Hoy parece que has entrado en guerra y la cosa no pinta a mucho mejor. La proximidad, dado el camino ya recorrido, debe animarte en estas últimas etapas que te quedan. No olvides que esto se acaba ya pronto y luego lo echarás de menos. Sigue disfrutando por ello, incluso de la adversidad. El marisco está cerca.

Te seguimos teniendo en mente.

Unknown dijo...

Por cierto, las fotos son una pasada!!!

Casino Europa